Comprendiendo la combinación riesgosa de la diabetes y el coronavirus
Por American Heart Association News
A pesar de que la mayoría de la gente tiene ansiedad por el coronavirus, las personas con padecimientos subyacentes tales como diabetes podrían inquietarse en especial.
Jacqueline Alikhaani, residente de Los Ángeles y voluntaria de abogacía para la salud cardíaca, señaló que hay un saldo aún más elevado relacionado con la pandemia aparte de las exigencias normales de la vida. Alikhaani tiene diabetes, algunos padecimientos crónicos y una condición cardíaca congénita llamada variante maligna del origen de la coronaria derecha.
Eso hace que se preocupe por su seguridad al obtener sus alimentos, medicamentos y suministros de protección y otros; o por las pérdidas económicas de su familia, el cuidado de su casa y atender a sus seres queridos. Desde que inició la crisis del coronavirus, no duerme igual de bien, ha tenido problemas para volver a surtir sus recetas, nota que sus niveles de azúcar en la sangre han subido y consultó a sus médicos acerca de dolor intermitente en el pecho que le ha aumentado y atribuye al estrés.
"Estos días realmente provocan temor. Veo que los riesgos son mayores para personas con diabetes y enfermedades cardíacas", dijo Alikhaani. Se está enfocando en vigilar su alimentación, hacer ejercicio, monitorearse el azúcar en la sangre y la presión sanguínea y mantener informado a su médico.
"Trato de aprender y entender más, así como a tomar medidas de precaución y mantenerme al tanto de mis necesidades relacionadas con la diabetes y la salud de mi corazón. También aliento a otras personas a hacer lo mismo".
Hacia fines de marzo, las estadísticas preliminares de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, relativas a unos 7.100 pacientes de coronavirus, mostraron que entre los de mayor edad, distintos padecimientos comunes de salud como diabetes, insuficiencia pulmonar crónica y enfermedades cardíacas, ponían a esas personas bajo riesgo de desarrollar la enfermedad viral con una mayor gravedad.
Específicamente, un 32% de los pacientes con COVID-19 en cuidado intensivo tuvo diabetes. En el caso de pacientes de COVID-19 hospitalizados pero no en cuidado intensivo, el 24% tuvo diabetes. Sin embargo, solo un 6% de las personas con COVID-19 que no necesitaron hospitalización tuvo diabetes.
Tiempo antes, investigaciones más extensas realizadas en China y publicadas en el JAMA mostraron una tasa de mortalidad de un 2% en los pacientes con COVID-19, pero esa cifra subió a un 10% en personas que también tenían enfermedades cardiovasculares y a un 7% aproximado en diabéticos.
Un informe italiano encontró que, de 481 pacientes que fallecieron por el virus, aproximadamente una tercera parte eran diabéticos. Estas cifras representan un riesgo de muerte cinco veces mayor del que se esperaría basado en la prevalencia general de diabetes en Italia, dijo el Dr. Robert Eckel, endocrinólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado en Denver.
Aunque queda mucho por aprender acerca de COVID-19, el curso que toma la enfermedad en personas con diabetes parece similar al de la influenza. Cuando los diabéticos padecen de influenza, los resultados son menos estables, es más común que se requieran respiradores artificiales y existe una mayor probabilidad de tener complicaciones graves, agregó Eckel, presidente actual de medicina y ciencias de la American Diabetes Association.
Las razones son complicadas. En personas con diabetes de Tipo 2, la resistencia a la insulina ocasiona inflamación crónica de bajo grado, la cual va desganando al sistema inmunitario por estar en constante estado de alerta. Las infecciones nuevas son como el niño que gritaba "¡lobo!", ya que el sistema inmunitario no se activa ni rápida ni adecuadamente, lo cual permite que el virus se posicione y mantenga su fuerza.
Sin embargo, la influenza no es tan peligrosa como la infección del COVID-19; y, en pacientes diabéticos con COVID-19, algunos factores de riesgo adicionales y no diagnosticados como las cardiopatías, complican aún más el problema, añadió Eckel, quien también fue presidente de la American Heart Association.
La experiencia que han tenido los médicos con las infecciones bacterianas indica que puede resultar útil controlar el azúcar en la sangre antes y durante una infección. Para esta crisis, Eckel recomienda que los pacientes diabéticos hospitalizados con COVID-19 aseguren que se controle minuciosamente su glucosa y que ellos mismo se la vigilen con sus propios suministros si es posible.
Cuando hay una infección viral, la cetoacidosis (CE), complicación de la diabetes, también se vuelve preocupación, dijo. La CE ocurre cuando una deficiencia absoluta o relativa de insulina previene que las células usen glucosa como energía haciendo que estas quemen grasa, la cual, a su vez, crea cetones que se acumulan en la sangre y pueden ser tóxicos.
Cuando hay una infección seria, señaló Eckel, los fármacos para diabetes llamados inhibidores SGLT2 elevan el riesgo de la CE. Los pacientes con COVID-19 deben hablar con su médico acerca de dejar de tomar esos medicamentos si se les interna en el hospital y hasta antes si es posible.
En los pacientes hospitalizados por coronavirus, también podría ser necesario descontinuar la metformina, ya que en circunstancias extremas que incluyen deshidratación e insuficiencia renal, ese fármaco para la diabetes podría fomentar la acidosis y hasta empeorar la insuficiencia renal si se llegaran a utilizar contrastes intravenosos para estudios de imagenología.
Fuera del hospital, la ADA recomienda mantener bien controlada el azúcar en la sangre y consultar profesionales de atención médica acerca de cómo controlar los riesgos y cualquier síntoma viral. Si se sienten muy enfermos, incluso con fiebre alta, tos y falta de aliento, todos deben buscar atención médica de emergencia.
"Los pacientes con diabetes deben mantenerse al tanto de no retrasar su cuidado si se están enfermando, sobre todo si eso ocurre dentro de un corto tiempo", dijo Eckel.
Alikhaani es embajadora de Know Diabetes by Heart, una iniciativa conjunta de la AHA y la ADA para reducir las complicaciones cardiovasculares en personas con diabetes de Tipo 2. Ella cree que a la larga los conocimientos adicionales acerca de COVID-19 ayudarán a que el público evite la infección y mejoren su cuidado de sí mismos.
"Las personas se pueden relacionar mejor con sus médicos cuando entienden bien la mecánica de lo que está sucediendo" agregó.
Por ahora, Alikhaani se apoya mucho en su fe, su familia y su comunidad, agregando que cuando pase la crisis y resuma la vida cotidiana podrían surgir otros aspectos positivos. "Quizás cuando regresemos veremos que no extrañamos todo lo que pensamos añorar en estos momentos".
Nota del editor: Debido a los eventos en rápida evolución que rodean el coronavirus, los hechos y consejos presentados en esta historia pueden haber cambiado desde su publicación. Visite Heart.org para obtener la información más reciente y consulte con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y los funcionarios de salud locales para obtener la orientación más reciente.
Si tiene una pregunta o un comentario sobre este artículo, por favor mande un correo electrónico a [email protected].