¿Es envejecimiento normal o las primeras señales de demencia?
Por Laura Williamson, American Heart Association News
Extraviar las llaves. Olvidarse de los nombres. Luchar por encontrar la palabra adecuada. Entrar en una habitación y olvidar por qué.
¿Son esas las primeras señales de demencia? ¿O signos normales del envejecimiento?
Todo depende de las circunstancias, dicen los expertos en salud. Distinguir entre los cambios relacionados con el envejecimiento típico y los signos preocupantes de la pérdida cognitiva requiere una observación más profunda.
"En lugar de pensar en términos de cuáles son las señales de la demencia, yo preguntaría: '¿Cuál es la situación en la que aparecen esos signos?'", dijo el Dr. Jeffrey Keller, fundador y director del Instituto de Investigación y Prevención de la Demencia en Baton Rouge, Louisiana. "La forma en que el cerebro funciona en respuesta a un desafío es lo que demuestra los cambios tempranos que pueden conducir a la demencia".
En otras palabras, una persona que lleva un envejecimiento normal puede tener algunos lapsos de memoria, dijo. Sin embargo, es más importante notar si, al perder las llaves, son capaces de volver sobre sus pasos para encontrarlas. También importa si pueden retener la información el tiempo suficiente para llevar a cabo una tarea de varias partes, como llenar formularios médicos o fiscales, incluso si se les interrumpe mientras lo hacen.
En el caso de las personas con deterioro cognitivo, "tienden a desmoronarse cuando las cosas se complican", dijo Keller. "Es ahí cuando podemos observar si tienen la capacidad de cambiar de actividad".
La pérdida de las habilidades de la función ejecutiva, como la capacidad de hacer planes, realizar varias tareas a la vez, tomar decisiones y resolver problemas, es un indicio más importante del deterioro de la salud cerebral que un fallo ocasional de la memoria. Inclusive, esta se puede manifestar de diversas maneras, según los expertos en el campo del envejecimiento.
Por ejemplo, las personas que están perdiendo la función ejecutiva suelen mostrar una disminución de su capacidad para administrar sus finanzas mucho antes de que se les diagnostique la demencia. Las investigaciones demuestran que las personas con la enfermedad de Alzheimer empiezan a dejar de pagar sus cuentas hasta seis años antes del diagnóstico, y que comienza a reducirse su puntuación crediticia 2.5 años antes de ser diagnosticadas.
También puede haber otras señales de que están tomando malas decisiones financieras, dijo el Dr. James Galvin, neurólogo y director del Centro Integral de Salud Cerebral de la Universidad de Miami. "Podrían empezar a comprar artículos que no adquirían antes o ser presa de estafas porque el juicio y su capacidad para entender las consecuencias de sus decisiones pueden estar deteriorados".
La Asociación de Alzheimer enumera 10 señales y síntomas tempranos de la demencia: pérdida de memoria que perturba la vida cotidiana; dificultades para planificar o resolver problemas; dificultad para completar tareas conocidas; confusión en relación con el tiempo o su ubicación; problemas para comprender las imágenes visuales y las relaciones espaciales; problemas con el lenguaje al hablar o escribir; extraviar objetos y perder de la capacidad para volver sobre los pasos; disminución del juicio; retraerse del trabajo o las actividades sociales; y cambios de humor o personalidad.
La cuestión no es si una persona muestra a veces un de estos indicios; sino que es si estos comportamientos son frecuentes o lo suficientemente graves como para perturbar el trabajo diario y la vida social, dijo Keller.
Si aparece alguna de estas conductas, añadió, es importante descartar primero otros problemas de salud.
Por ejemplo, la alta presión arterial no controlada, la diabetes, la depresión y otras enfermedades pueden provocar cambios en la función cerebral que incluyen la pérdida de memoria.
"La primera parada es el proveedor de atención primaria, porque la persona generalmente tiene una relación con ellos", dijo. "Pueden hacer un diagnóstico o iniciar un estudio para asegurarse de que los cambios no se deban a otra causa".
Otra razón para hacer que alguien sea evaluado antes de que los problemas avancen es aumentar al máximo las probabilidades de que se les incluya en lo que pueden ser decisiones futuras difíciles para la persona con demencia, dijo Galvin. "¿Quieren una orden de no resucitar? ¿Quién será su representante durante su atención médica? ¿A quién se le otorgará un poder notarial permanente? Hablamos de estas cosas desde el principio. Es mejor abordar estos temas con antelación, para poder tomar en cuenta los deseos de la persona".
Puede ser difícil saber cuándo es el momento de llevar a una persona para su evaluación, dijo Galvin. "Nunca es demasiado pronto y nunca es demasiado tarde, pero es mejor llegar pronto que llegar tarde".
Al momento de obtener un diagnóstico, también es el tiempo de hablar acerca de la independencia y de temas como la conducción de un vehículo y las finanzas personales. "Son negociaciones muy complejas", dijo Galvin. "Nuestro enfoque consiste en empoderar al paciente y lograr que participen en la medida de lo posible. No hay que centrarse en la discapacidad, sino en sus capacidades para que podamos restablecer cierta normalidad en función de sus habilidades del momento. Cuando hacemos eso, conseguimos una buena aceptación".
Los expertos señalan que, aunque la demencia no se puede curar, existen medidas para ralentizar el deterioro cognitivo. Se ha demostrado que al practicar conductas saludables durante las primeras etapas de la vida se preserva la salud cerebral durante el envejecimiento.
Las investigaciones demuestran que, en general, hay siete factores de riesgo y conducta que las personas pueden cambiar para conservar una buena salud cerebral. Llamados los Life's Simple 7 en inglés, son: no fumar, mantenerse físicamente activo, perder peso, llevar una alimentación saludable y controlar la presión arterial, el colesterol y los niveles de azúcar en la sangre.
En un reciente informe de la American Heart Association se hizo un llamado a los proveedores de atención primaria para que ayuden a promover una mejor salud cerebral al evaluar y tratar también a los pacientes para depresión, diabetes, obesidad, aislamiento social, pérdida de la audición, trastornos del sueño y consumo excesivo de alcohol.
Otra cosa que la gente puede hacer para preservar la función cerebral es desafiarse continuamente para aprender cosas nuevas, dijo Keller.
"Aprender un nuevo idioma, desarrollar conocimientos sobre un nuevo campo que le interese, encontrar nuevas aficiones – son cosas que ayudan a mantener la flexibilidad cognitiva. Eso es muy importante para preservar esa función".
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