Cubrir las necesidades con la filantropía
La salud cardíaca de las mujeres es su causa puntual, personal y corporativa.
Liz Elting es una experta en la detección de brechas y en cubrirlas con el servicio necesario. Ese instinto la llevó al éxito de su empresa, a una mejor salud cardíaca y al National Leadership Council de Go Red For Women.
Elting, que es emprendedora por naturaleza, vendió su empresa de traducción mundial para convertirse en filántropa e inversionista social. En 2020, cuando la pandemia del COVID-19 irrumpió, la fundación Elizabeth Elting Foundation a su cargo lanzó la iniciativa Halo Fund con una donación de un millón de dólares. Este fondo invierte en soluciones integrales específicas para estabilizar los alimentos, la vivienda, los ingresos, la atención médica y el cuidado de los niños de las personas necesitadas, especialmente mujeres.
En el 2020, Elting también hizo una donación considerable para ayudar a lanzar el Bernard J. Tyson Impact Fund de la American Heart Association.
“Mi fundación cubre las brechas en las oportunidades de las comunidades marginadas, especialmente las mujeres”, dijo Elting. “El Bernard F. Tyson Impact Fund apoya a los emprendedores sociales para eliminar las barreras socioeconómicas hacia la equidad en salud. Es como capital de riesgo para los emprendedores sociales, y me encanta el hecho de que no solo se trata de invertir una vez, sino que los negocios comunitarios en crecimiento tienen un efecto duradero con el tiempo”.
El National Leadership Council de Go Red For Women está compuesto por un eficaz grupo de mujeres que se centran en mejorar la salud de todas las mujeres, dentro de sus empresas, sus comunidades y en todo el país. Elting se adapta de manera natural debido a su compromiso a largo plazo con la salud cardíaca de las mujeres y los antecedentes médicos de su familia.
La empresa que cofundó, TransPerfect, la puso en la lista de Forbes de las “Mujeres más ricas que se hicieron a sí mismas”. Los ingresos superaron los USD 600 millones en más de 90 ciudades en todo el mundo a través de más de 4,000 empleados.
Hace una década, Elting recordó lo siguiente, “algunas mujeres extraordinarias me contactaron para ayudar a la AHA, y ¿qué mejor motivo puede haber que luchar contra la principal causa de muerte de los hombres y las mujeres? Nada podía ser más importante. Salvar una vida puede marcar la diferencia, y es por eso que me involucré inicialmente. Me encanta la idea de reunirme y trabajar con líderes mujeres con mentalidades afines para abordar las enfermedades cardíacas”.
Las mujeres representan un 60% de la fuerza laboral de Elting, y TransPerfect homenajeó a Go Red For Women; para ello, igualó las donaciones de los empleados y fomentó la salud cardiovascular de los empleados, lo que incluyó instrucciones para realizar RCP. Elting se unió a Go Red For Women en la ciudad de Nueva York y trabajó en su equipo de dirección ejecutiva y copresidió la campaña durante dos años.
“El equipo de la AHA ha tenido el placer de trabajar con profesionales reales y dirigir la organización de manera positiva, como una empresa”, sostuvo. “Entiendo que no solo se centran en las enfermedades cardíacas de manera directa y que encuentran otras formas globales para mejorar la salud cardíaca; para ello, abordan determinantes sociales [como, por ejemplo, el género, la raza y los ingresos]”.
Las enfermedades cardíacas también han afectado a la familia de Elting. Un abuelo murió siendo muy joven de un infarto al miocardio y Elting nunca lo conoció. Una abuela sufrió varios accidentes cerebrovasculares. Hace cuatro años, el esposo de Elting, Michael Burlant, se sometió a una cirugía cardíaca importante.
A los 20 años, Elting descubrió que tenía niveles naturalmente altos de colesterol. “Siempre intentaba abordar ese problema a través del ejercicio y la dieta”, cuenta. “Incluso hacía magdalenas de salvado de avena”.
En ese momento, Elting se encontraba en la misma situación que muchas mujeres en la actualidad: No estaba al tanto de los mejores recursos y las mejores opciones para su salud cardíaca.
“No podía controlar el colesterol por mi cuenta”, sostuvo. “Cuando cumplí 40 años, se me remitió a un cardiólogo y comencé a tomar medicamentos para el colesterol. Ahora, mi colesterol está totalmente bajo control, uno de los numerosos beneficios de ver a un cardiólogo”.
Su travesía inspira a Elting a ayudar a las mujeres en todas partes a reconocer los signos de los problemas cardíacos.
“Un infarto al miocardio para una mujer no es necesariamente igual a los dolores torácicos que los medios describen”, señaló. “Las mujeres tienden a tener más síntomas atípicos, como dolor en la parte superior de la espalda, náuseas, desvanecimiento e indigestión. Sin tener conocimiento de estos síntomas, es menos probable que las mujeres busquen acción médica por sí mismas”.
Superar esa brecha es su objetivo ahora como miembro del National Leadership Council.
“Nuestra misión es crear conciencia y mejorar la educación y ser defensoras de la salud y la equidad en salud de las mujeres”, afirmó. “Los médicos y las enfermeras necesitan educación para prestar atención a las pacientes mujeres, porque los datos demuestran que toman con menos seriedad el dolor de las mujeres que en el caso de los hombres. En definitiva, la educación va a salvar más vidas, y estamos en camino a esa meta, pero hay muchas más vidas que salvar”.
“Demasiadas mujeres mueren de enfermedades cardiovasculares”, añadió. “Nuestro objetivo general es reducir de forma continua esas muertes. En un mundo ideal, nadie moriría a raíz de esta afección. Queremos reducir y erradicar las enfermedades cardiovasculares, y creo en el poder colectivo de las mujeres para marcar una diferencia”.