2024 Go Red for Women, Clase de Sobrevivientes: Marian Dancy
Unos meses después de tener a su bebé, Marian Dancy no conseguía descubrir por qué no se sentía bien. Tras varias consultas y exámenes médicos, finalmente recibió una respuesta: miocardiopatía periparto. Ella anima a otras mujeres, especialmente a las mamás primerizas, a que escuchen su cuerpo, sigan preservándose y pidan ayuda.
Seis meses después de tener a su cuarto hijo, Marian Dancy comenzó a notar síntomas extraños. Sentía cansancio y estaba hinchada; un día en el trabajo perdió la visión por 20 segundos.
Columbus, Ohio: mujer consulta a un médico, pero no recibe respuestas. En ese entonces a los 35 años, le dijeron que era joven y saludable, y que estuviera atenta.
Marian controló sus síntomas, que fueron acrecentándose hasta incluir la congestión cuando se recostaba para dormir. Cuando todo empeoró, concertó una consulta virtual con otro médico. No encontraron nada malo y en los antecedentes familiares no observaron nada que pudiera brindar una respuesta. Le dijeron que podía tratarse de un virus.
Marian se sintió desestimada. Sabía que no se sentía bien. Sentía cansancio en los músculos. Le costaba caminar. Se agitaba. No podía acostarse. Fue la tercera aparición en un mes. Decidió ir a la sala de emergencias. Le controlaron la presión arterial, que estaba baja, y le realizaron un electrocardiograma (ECG) y otros exámenes. El ECG no reveló nada preocupante. Sí encontraron líquido en los pulmones y le diagnosticaron neumonía. El antibiótico que le recetaron y el inhalador que le indicaron aparentemente solo empeoraron el cuadro.
Una mañana amaneció con un pensamiento aterrador.
“Tenía la sensación de que si ahora no se descubre qué es, se acabó. Ya está”, comentó.
Estaba sola en casa y llamó al número de derivación de enfermería que figura en el reverso de la tarjeta del seguro, y rogó para que alguien la viera ese día. La mayoría de los médicos estaban ocupados, o directamente no estaban, porque ya casi era Acción de Gracias. Por suerte quedaba un lugar disponible y estaba a 30 minutos de distancia. Se arrastró hasta el auto y manejó; luego entró caminando como pudo al edificio.
La enfermera notó que la respiración de Marian era rápida y superficial. Le realizó un ECG y salió corriendo en busca del médico.
“No quiero asustarla, pero creo que estamos ante una insuficiencia cardíaca”, dijo el médico.
Marian quedó internada en el hospital, donde le diagnosticaron miocardiopatía periparto, una forma de insuficiencia cardíaca poco frecuente que suele diagnosticarse durante los últimos meses de embarazo, o en los meses posteriores a dar a luz. Por esta afección, se agrandan las cámaras del corazón y se debilita el músculo, por lo que disminuye el flujo sanguíneo.
Mientras estaba en el hospital, Marian rezaba por las noches, escuchaba a otros quejarse a su alrededor y se preguntaba si alguna vez podría irse de ahí.
“Pensaba que tenía que recuperarme por mis hijos. Me necesitan. Mi bebé me necesita”, decía.
Dos semanas más tarde, finalmente pudo irse a casa. Marian siguió usando un chaleco desfibrilador por si su corazón se detenía o necesitaba recuperar el ritmo normal. En menos de seis meses, se lo reemplazaron por un desfibrilador/marcapasos.
Mantuvo una dieta baja en sodio, tomó medicamentos y realizó terapia cardíaca. No se había dado cuenta de que el estrés podía causarle problemas hasta que le consultaron al respecto. Entonces empezó a ver a un terapeuta como parte de su recuperación.
“Evalué todo el peso emocional que estaba cargando como mamá, profesional y esposa”, comentó Marian, ahora de 39 años, que en ese entonces estaba casada.
Quiere que otras mujeres, en especial las mamás primerizas, sean conscientes de la importancia que tienen, que no pueden dar lo mejor si no se ocupan también de ellas mismas.
“Es fundamental darse tiempo y escuchar el cuerpo, preservarse. Si fuera necesario, descansar, pedir ayuda, profundizar el significado del autocuidado”, afirmó. “Pienso en la cantidad de veces en que las mujeres realizamos miles de tareas y nos cargamos de responsabilidades sin hacer una pausa y darnos un momento. Esos detalles podrían cambiarnos la vida”.
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