Mujer real del 2023: Ceirra Zeager

Ceirra Zeager, de 23 años, sobreviviente de un ataque cardíaco y operada a corazón abierto, destaca la importancia de la salud mental para quienes se enfrentan a problemas médicos.

Ceirra Zeager solo tenía 14 años cuando se desmayó en su hogar al día siguiente de su primer baile de invierno. Cuando se despertó en el suelo, “sentí como si tuviera un elefante en el pecho”, afirmó.

Su padre la llevó rápidamente al hospital; tardó 10 minutos en recorrer el trayecto que por lo general toma de 20 a 30 minutos. Le dolían tanto los brazos que se colocó unos auriculares para ignorar el dolor. El médico de la sala de urgencias sospechó que sufría de ansiedad, pero la derivó a un hospital infantil cercano por si acaso. 

Ella esperó allí durante horas hasta que los médicos le dijeron que tenía que someterse a una operación de urgencia.

“De verdad no me explicaron nada”, afirmó. “Creo que intentaban protegerme”.

Después de la cirugía, supo que había sufrido un ataque cardíaco. Un coágulo había atravesado un orificio de su corazón y se había incrustado en una arteria coronaria. Después de insertar una malla para tapar el orificio, su cardiólogo le recetó unos anticoagulantes potentes para disolver el coágulo. 

Sin embargo, el ataque cardíaco dañó su corazón de forma permanente.

“Desde ese momento, mi vida cambió por completo”, indicó.

En los meses siguientes, Zeager podía asistir a la escuela solo durante la mitad del día y, para quitarse presión del corazón, utilizaba una mochila con ruedas.

“Sentía que todos me miraban como si fuera una muñeca de porcelana”, dijo.

A pesar del daño en su corazón, ella disfrutaba de una vida relativamente normal, asistió a la universidad y se comprometió; hasta el verano del 2021, cuando comenzó a sentir cansancio extremo y era incapaz de caminar en una habitación sin detenerse a recuperar el aliento. 

El resultado de un electrocardiograma que se realizó no mostró ninguna causa por la que preocuparse, pero un ecocardiograma de seguimiento reveló que una de sus válvulas cardíacas presentaba fugas, lo que provocaba que la sangre se devolviera de su flujo normal e ingresara en áreas donde no debía. 

El cardiólogo con el que se atendió indicó que volverían a evaluarla en seis meses. Después de investigar sobre la afección, Zeager fue en busca de una segunda opinión de otro cardiólogo, quien consideró que la válvula se debía reparar o reemplazar lo antes posible.

“Fue un momento muy tranquilizador porque por primera vez me escucharon”, explicó.

Alrededor de dos semanas antes de su boda, Zeager se enteró de que tenía agendada una cirugía a corazón abierto para principios del año siguiente. Le surgieron muchas dudas: “¿Qué implica la cirugía? ¿Cómo es la recuperación? ¿Sobreviviré?” 

Mientras tanto, Zeager se aventuró en un viaje de una semana a Outer Banks en Carolina del Norte con su familia y amigos. Cuando ya estaba terminando el viaje, se casó.

“Realmente fue el último esfuerzo”, indicó. “Estoy feliz de haber hecho eso, pues me hubiera vuelto loca si solo me hubiera sentado a esperar”.

Poco después de haber vuelto de su viaje, Zeager se sometió a una cirugía a corazón abierto menos invasiva para reparar la válvula.

“No tengo que llevar una gran cicatriz en mi pecho que me recuerde constantemente ese momento traumático”, explicó Zeager.

Sin embargo, la recuperación fue lenta. Tenía moretones, inflamación y no podía hacer mucho más que ver televisión. Además, se sentía insegura en cuanto a su imagen y tenía problemas para dormir.

“Estaba siendo muy dura conmigo misma constantemente y nunca había experimentado algo como eso”, expresó. “Todo llegó de pronto”.

Ella agradece a la rehabilitación cardíaca por hacerla volver a enfocarse en lo que debía y desarrollar su resistencia, confianza y autoestima. 

Con la determinación de mantenerse sana, Zeager, con 23 años actualmente, realiza ejercicios de alta intensidad de manera periódica, sigue una dieta saludable y baja en sodio y, además, realiza actividades de autocuidado, como ir a arreglarse el cabello y las uñas con frecuencia. 

“Intento encontrar la felicidad en las cosas pequeñas”, explicó. “Todo lo veo como una oportunidad y una bendición de Dios”.

También comparte su historia con otros y hace énfasis en los efectos físicos y mentales de sufrir un problema de salud grave como lo es una enfermedad cardíaca. 

Recientemente, se desempeñó como oradora principal en un evento de Go Red For Women de la American Heart Association cerca de su hogar en Pensilvania.

“Me ocurrió esta situación alocada y trágica, por lo que deseo utilizarla para algo bueno y crear el mayor nivel de conciencia que pueda”, indicó. “Ahora, tengo un objetivo”.

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