Jenilyn Carpio, mujer real del 2022
Jenylyn Carpio sufrió un paro cardíaco a los 22 años que hizo que se diera cuenta de la importancia de aprender RCP y de conocer sus antecedentes familiares de cardiopatías.
Jenylyn Carpio tenía 7 años cuando se desmayó repentinamente, el primero de muchos episodios que los médicos no pudieron entender ni siquiera después de realizarle electrocardiogramas, también conocidos como ECG.
El misterio se profundizó después de que diera a luz a su hija, Linda Joy, en 2005 a los 22 años. Aunque tuvo un embarazo normal, a los médicos les llamó la atención que la frecuencia cardíaca de Jenylyn no aumentara como debía al dar a luz.
Durante los dos meses siguientes, la joven esposa, madre y estudiante estuvo estresada y cansada.
“Pensé que me estaba acostumbrando al nuevo papel de ser madre, además de todos los otros pesos que llevaba”, dijo Jenylyn, a quien se le diagnosticó depresión posparto.
Un día, la madre de Jenylyn se ofreció a cuidar al bebé mientras ella dormía la siesta. Lo próximo que recuerda es a su madre haciéndole RCP y a un oficial de policía encendiendo una luz en sus ojos. Se había mordido la lengua y sabía a sangre. Su madre le dijo que había sufrido un paro cardíaco.
“Ella salvó mi vida”, dijo Jenylyn.
En el hospital, los médicos realizaron una serie de pruebas y revisaron su historia clínica infantil. También consultaron sobre sus antecedentes médicos familiares. Su abuelo materno había muerto a los 30 años por una cardiopatía, pero tenían poca información sobre el resto de la familia.
“Me sentí vulnerable, extremadamente confundida, conmocionada y aterrorizada porque tenía una hija pequeña”, dijo Jenylyn. “Me tomó unos 10 años, después del episodio inicial, e incluso los cambios posteriores en el dispositivo, para procesarlo”.
Durante la década siguiente, Jenylyn se sometió a una cirugía dos veces para reemplazar los desfibriladores cardioversores implantables (implantable cardioverter defibrillators, DCI) por problemas de batería, lo que le provocó dolor y dudas sobre su capacidad para compaginar sus funciones de esposa y madre.
Hace poco le implantaron un cuarto dispositivo.
“Me sentía defectuosa”, dijo y señaló que no sabía cómo pedir ayuda. “En la cultura filipina, tendemos a ser bastante reservados y privados sobre nuestros problemas”.
Finalmente, después de casi una década de soportar la carga por sí misma, fue a ver a un consejero, que la ayudó a sentirse mejor y a aprender a pedir ayuda.
“Pequeños pasos”, dijo. “Me estaba construyendo para ser una madre mejor y más fuerte y una cónyuge para mi esposo”.
Dispuesta a hablar de sus experiencias, Jenylyn se puso en contacto con la American Heart Association y se convirtió en embajadora en las redes sociales.
Al principio no fue fácil salir a la luz, pero su historia resonó en la gente y desarrolló una red de apoyo y ha conocido a muchos de sus seguidores en persona.
“Ya no me sentía tan sola”, dijo.
Deseosa de saber más sobre sus antecedentes familiares, su madre viajó a las Filipinas, donde se enteró de que muchos parientes del lado de la familia de su padre padecían hipertensión y otras afecciones cardíacas.
“La herencia cultural puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares”, afirma Jenylyn “Debe haber más representación y alcance sobre todo para mi comunidad”.
Jenilyn sigue hablando acerca de su experiencia públicamente, haciendo hincapié en la importancia de aprender RCP, la técnica que le salvó la vida.
También se viste con un disfraz de corazón rojo como la mascota de la American Heart Association, Ticker, uno de sus papeles favoritos, en eventos locales y ferias de salud.
“Al principio, me sentí vulnerable”, dijo. “Pero ahora estoy usando mi cardiopatía para hacerme fuerte y, con suerte, fortalecer a los demás compartiendo mi historia”.