Agresión Sexual: El Acoso Sexual en el Trabajo Puede Afectar Negativamente la Salud Cardíaca de las Mujeres
Principales conclusiones:
- La agresión y el acoso sexuales en el lugar de trabajo pueden aumentar el riesgo a largo plazo de padecer presión arterial alta en las mujeres.
- La presión arterial alta está relacionada con un mayor riesgo de padecer cardiopatías.
- Disminuir la violencia contra las mujeres podría mejorar la salud cardíaca a largo plazo.
La violencia sexual conlleva numerosas consecuencias negativas para las mujeres, y en investigaciones recientes se revela que el deterioro de la salud cardíaca es una de ellas. Las mujeres que sufrieron agresiones sexuales, acoso sexual en el lugar de trabajo o ambas situaciones tenían más riesgo de padecer presión arterial alta, un factor de riesgo importante de las enfermedades cardiovasculares, la principal causa de muerte en mujeres, según un estudio publicado en la revista de la American Heart Association.
Los investigadores analizaron los datos del estudio Nurses’ Health Study II, que comenzó en 1989 con 116,429 enfermeras estadounidenses inscritas de entre 24 y 42 años. En un seguimiento realizado en el 2008, midieron la incidencia de la violencia sexual, el trastorno de estrés postraumático (TEPT), los síntomas de depresión y otros tipos de exposición al trauma entre 54,703 de las participantes originales del estudio.
De las 33,127 mujeres analizadas de ese grupo, el 95% eran blancas no hispanas y tenían una edad promedio de 53 años cuando comenzó el seguimiento del año 2008. Antes del seguimiento del 2008, las mujeres no presentaban antecedentes de presión arterial alta o no habían tomado medicamentos para la presión arterial alta.
Los investigadores observaron lo siguiente:
- Aproximadamente 1 de cada 5 mujeres (casi 7,100) informaron haber desarrollado presión arterial alta en el seguimiento de siete años realizado en el año 2015. Su afección se confirmó con la historia clínica.
- El 23% de las mujeres habían sufrido agresiones sexuales a lo largo de su vida, el 12% sufrió acoso sexual en el lugar de trabajo y el 6% sufrió ambas situaciones.
- Las mujeres que informaron haber sufrido tanto agresiones como acoso sexuales en el lugar de trabajo tenían el mayor riesgo de padecer presión arterial alta, con un aumento del 21%. Las mujeres que informaron haber sufrido acoso sexual en el lugar de trabajo tenían un riesgo superior al 15%. Las mujeres que informaron haber sufrido agresiones sexuales tenían un riesgo superior al 11%.
En el estudio, se destaca la importancia de examinar la violencia sexual, incluso en el lugar de trabajo, en la investigación sobre la salud de la mujer.
Por qué es importante saber sobre la presión arterial
A menudo, la presión arterial alta se denomina “asesino silencioso” porque no suele presentar síntomas evidentes. Casi el 43% de las mujeres de 20 años o más en Estados Unidos padecen presión arterial alta, según las Estadísticas sobre las Cardiopatías y Ataques o Derrames Cerebrales de la American Heart Association.
La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos sanguíneos. Esta presión (la presión arterial) es el resultado de dos fuerzas: La primera fuerza (la presión sistólica) se produce cuando la sangre se bombea desde el corazón hacia las arterias que forman parte del sistema circulatorio. La segunda fuerza (la presión diastólica) se crea cuando el corazón descansa entre los latidos cardíacos. Estas dos fuerzas se representan en forma de números en las lecturas de presión arterial.
La presión arterial alta, también denominada HTA o hipertensión, se produce cuando la presión arterial es sistemáticamente demasiado alta, definida como 130/80 mmHg o superior. Es un factor de riesgo importante y modificable de las cardiopatías. La presión arterial alta no tiene cura, pero puede controlarse con cambios en el estilo de vida y medicamentos.
Por lo general, la presión arterial alta se desarrolla poco a poco y causa daños con el tiempo, ya que hace que el corazón y los vasos sanguíneos trabajen más y de manera menos eficaz. Si no se trata, el daño al sistema circulatorio es uno de los principales factores responsables del ataque cardíaco, el ataque o derrame cerebral y otros problemas de salud.