2025 Go Red for Women, Clase de Sobrevivientes: Victoria Rodriguez

La siguiente es la historia de Victoria y no es una recomendación ni un diagnóstico. Las historias se editaron para resumirlas.

De niña, Victoria Rodriguez pensaba que tenía asma. Resultó que era mucho más grave que eso. Los médicos descubrieron que tenía un defecto cardíaco congénito y, años más tarde, descubrieron que su segunda hija también nacería con uno.

Victoria Rodriguez nació con un soplo cardíaco. Más tarde, le diagnosticaron asma crónica tras tener problemas para respirar y sufrir apnea del sueño. Los tratamientos con nebulizador se convirtieron en una rutina diaria. Descubrió su afición al patinaje sobre hielo cuando el médico que supervisaba su tratamiento del asma le sugirió que practicara un deporte de interiores. En cuanto sus padres la pusieron sobre el hielo, Victoria no quería salir de ahí.

Sin embargo, varios años después salió a la luz el verdadero origen de sus problemas. Durante una consulta de rutina, al pediatra no le gustó cómo sonaba su soplo cardíaco. Preocupado por el cambio, el médico envió a Victoria a un especialista que descubrió que solo le funcionaba la mitad del corazón. Victoria tenía dos defectos cardíacos congénitos: un orificio en la cavidad superior del corazón y una vena pulmonar que enviaba la sangre a los pulmones en lugar de al lado izquierdo del corazón.

A los 6 años, Victoria tuvo que someterse a una cirugía a corazón abierto. Nerviosa, llevó su muñeca Barbie a la cita con la cirujana, la colocó sobre su mesa y le explicó que algo no funcionaba bien en su corazón.

“Necesito que lo arregles”, dijo Victoria.

La cirujana se puso el estetoscopio, escuchó el corazón de Barbie, le movió los brazos y las piernas y le dijo a su joven paciente que la muñeca se pondría bien. Eso fue todo lo que Victoria necesitó oír para confiar en la médica, que “me arregló el corazón”.

Tener que quedarse en la cama para recuperarse fue duro porque lo único que Victoria quería hacer era patinar sobre hielo. Tras meses de curación y recibir luz verde para volver a la pista, Victoria patinó tan rápido como pudo.

“¡Puedo respirar! ¡Puedo respirar!”, Victoria le decía a su mamá.

No solo eso, sino que pronto comenzó a entrenar seis días a la semana, muchas horas al día, durante 13 años. Llegó a ser patinadora de competición nacional e internacional para Estados Unidos y Hungría.

A los 18 años, Victoria decidió colgar los patines para enfocarse en los estudios. Poco después de graduarse en la universidad, empezó a salir con su futuro marido. Hablaron de la salud de Victoria y del consejo que recibió de un médico de tener hijos cuanto antes por el daño que el embarazo podría causarle en el corazón.

Dos meses después de casarse, Victoria estaba embarazada. Los médicos controlaban rigurosamente su embarazo de alto riesgo, pero Victoria seguía preocupada por el corazón del bebé. Respiró aliviada cuando una ecocardiografía fetal a mitad del embarazo mostró un corazón perfectamente normal. Varios meses después, Victoria se convirtió en madre por primera vez de Isabella.

Dos años más tarde, embarazada de nuevo, Victoria se enteró durante una exploración anatómica a las 20 semanas de que su bebé, Rylee, tenía un orificio en el corazón.

“Me derrumbé enseguida porque reviví todo lo que me había pasado a mí. Pensaba, ¿va a tener que pasar por el quirófano y tener que vivir todas estas experiencias que yo viví?”, dijo Victoria, que ahora tiene 31 años. “Estaba destrozada”.

La madre proveniente del sur de California empezó a ver a un especialista, lo que incluyó más visitas al médico y exámenes adicionales. Le alegró saber que el orificio del corazón de su hija menor era pequeño y que los médicos esperaban que se cerrara en un año. Un cardiólogo, que controlaba el corazón de Rylee desde su nacimiento, le comunicó a la familia una semana después de su primer cumpleaños que el orificio se había cerrado.

“Estamos muy, muy agradecidos de que no tenga síntomas”, dijo Victoria. “Con suerte, nunca sufrirá ningún efecto”.

Victoria, que desde los 8 años se dedica a crear conciencia sobre las enfermedades cardíacas, quiere que otras mujeres tomen las riendas de su salud y obtengan toda la información posible.

“Es muy importante que abogues por tu propia salud, que abogues por la salud de tus hijos, que conozcas tus antecedentes familiares y que seas capaz de tomar decisiones realmente fundamentadas sobre tu salud basándote en eso”, afirmó.

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