2025 Go Red for Women, Clase de Sobrevivientes: Melissa Ziebell

La siguiente es la historia de Melissa y no es una recomendación ni un diagnóstico. Las historias se editaron para resumirlas.
Melissa Ziebell sufrió un paro cardíaco a los 33 años durante una media maratón en el 2015. Los voluntarios de la carrera le practicaron RCP y utilizaron un DEA para darle una descarga al corazón. Tras una cirugía a corazón abierto y una larga recuperación, Melissa está redefiniendo lo que significa tener un “corazón de atleta”. 

Melissa Ziebell estaba a una milla de la meta de la Media Maratón de París del 2015. Había entrenado intensamente en un club de atletismo local y se sentía preparada para la carrera. Pero el día era inusualmente caluroso y el final de la ruta de 13.1 millas (21 kilómetros) incluía una pequeña subida. 

Fue entonces cuando las cosas empezaron a complicarse. 

“Recuerdo que veía mis piernas mientras corría y, de repente, no podía moverlas”, contó Melissa, que entonces tenía 33 años. “Vi que me caía, pero eso es lo último que recuerdo”.

Por suerte, cayó al lado de voluntarios de la carrera que le practicaron RCP y utilizaron un desfibrilador externo automático, o DEA, para darle una descarga al corazón. 

“Lo primero que recuerdo después de que me reanimaran es a dos personas llamándome por mi nombre con acento inglés y acento francés”, dijo. “Entonces todos mis sentidos empezaron a volver. Me hicieron las preguntas habituales, como: ‘¿Dónde estás?’”

Respondió “kilómetro 19” y, luego, trató de levantarse para continuar la carrera con la esperanza de cumplir su ambicioso objetivo de terminar en 1 hora y 45 minutos.

Pero la detuvieron y le dijeron que había sufrido un paro cardíaco súbito. Más tarde, se enteró de que había estado inconsciente casi dos minutos. 

Inmediatamente, fue trasladada al hospital en ambulancia. Los exámenes revelaron que tenía un defecto cardíaco congénito no diagnosticado previamente. 

Melissa, originaria de Colombia, vivía sola en Francia sin familia cercana y podía acceder a la amplia asistencia sanitaria universal del país. Pasó 25 días en la unidad de cuidados intensivos, se sometió a una gran cantidad de exámenes y se le ofreció la opción de someterse a una intervención con stent para solucionar el problema o a una cirugía a corazón abierto. Eligió la cirugía porque le ofrecía las mayores posibilidades de volver a su estilo de vida activo. 

Después de la cirugía, permaneció en un hospital de recuperación durante casi cinco meses. Su tratamiento incluía medicamentos y modificaciones del estilo de vida. Comentó que a veces le resultaba difícil adaptarse a su nueva vida. Una de las razones es que antes del paro cardíaco se sentía muy sana. De hecho, Francia exige autorización médica para participar en carreras. Antes de la media maratón, un cardiólogo firmó su formulario y dijo que tenía “corazón de atleta”. 

“Me sentía como una atleta porque hacía ejercicio”, dijo. “Me estaba alimentado bien. Estaba haciendo todo lo correcto, por lo que pensaba: ¿Cómo ha podido pasar esto? Estaba muy fuerte y sana, y de repente estaba muy vulnerable”.

Melissa no tiene antecedentes familiares de enfermedades cardíacas, y el único posible síntoma relacionado antes del paro cardíaco era un dolor en el brazo cuando hacía ejercicio que arrastraba desde la infancia. Décadas atrás, los médicos no encontraron la causa, le dijeron que era normal y ella aprendió a vivir con esa molestia.

Ahora, Melissa, de 43 años, reside en Pasadena, California. Sigue sintiendo dolor en el pecho cuando su frecuencia cardíaca aumenta demasiado. A pesar de que la cirugía solucionó su problema cardíaco, ahora sufre espasmos y daños en los nervios.

Aprendió a cambiar de mentalidad y a modificar ejercicios y actividades para evitar el dolor en el pecho. En lugar de forzarse, aprecia las formas de ejercicio de menor intensidad.

Melissa celebra el aniversario de su paro cardíaco cada 8 de marzo. La fecha coincide con el Día Internacional de la Mujer. “Es un recordatorio de que las mujeres deben abogar por su salud y por las demás”, afirmó. 

“Celebro ese día como un cumpleaños”, dijo. “Es increíble cómo pasan los años y yo sigo aquí. Realmente no tengo limitaciones. Tengo algunos problemas, pero puedo ser una persona normal y aquí estoy”.

Este año planea participar en la misma carrera, y completarla, en conmemoración del décimo aniversario de su paro cardíaco. 

“Pero esta vez no voy a competir contra el reloj”, dijo. “Corro por mí”. 

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