2025 Go Red for Women, Clase de Sobrevivientes: Taelur Littlejohn

La siguiente es la historia de Taelur y no es una recomendación ni un diagnóstico. Las historias se editaron para resumirlas.

Taelur Littlejohn sufrió tres ataques cardíacos tras el nacimiento de su tercer hijo. Ahora sabe que las enfermedades cardíacas son la principal causa de muerte entre las mujeres que acaban de dar a luz y comparte su historia para que otras mujeres también lo sepan.

Taelur Littlejohn tuvo un embarazo sano con su tercer hijo. El parto fue agotador, pero a los médicos no les pareció nada fuera de lo normal. El día que volvió a su casa, un fuerte dolor golpeó a Taelur en el pecho cuando estiró el brazo para alzar a su recién nacido. La madre, de 28 años, le pidió a gritos a su hijo de 9 años que llamara a emergencias. El niño marcó el número y le entregó el teléfono.

“Por favor, vengan. Por favor, vengan. Siento que no puedo respirar”, dijo Taelur. “No puedo morir aquí sola con mis hijos”.

Pensó que estaba sufriendo un ataque cardíaco, pero al principio le dijeron que era demasiado joven para que eso sucediera.

Cuando llegaron los paramédicos, tomaron una lectura eléctrica del corazón de Taelur y la llevaron rápidamente a la sala de urgencias. El equipo médico determinó que había sufrido un ataque cardíaco y un cirujano le colocó un balón de contrapulsación para tratar de aliviar el esfuerzo del corazón. Taelur sufrió un segundo ataque cardíaco en la unidad de cuidados intensivos. Como su corazón se debilitaba, el cardiólogo consultó con otros especialistas de todo el país y recomendó trasladar a Taelur a un hospital cardiológico en Dallas, a unas 20 millas (32 kilómetros) de distancia.

Poco después de llegar, Taelur tuvo que someterse a una cirugía a corazón abierto de urgencia y necesitó una revascularización triple. Tres de sus arterias principales se desgarraron en un tipo de ataque cardíaco poco frecuente llamado disección coronaria espontánea, o DCE. Su otra arteria también estaba casi completamente cerrada.

Lo último que recordaba Taelur era a un miembro del personal de enfermería que intentaba sacarle sangre y sentir un dolor increíble en el pecho.

“Después me desmayé”, contó Taelur. “Lo siguiente que recuerdo es despertarme dos semanas después porque estaba en coma inducido. Me salían tubos de la garganta, tenía el pecho pegado, tubos en el estómago y me preguntaba, ‘¿Qué pasó?’”.

Estuvo hospitalizada tres meses por insuficiencia cardíaca extrema y necesitó soporte vital. A la madre de Taelur le dijeron que no sabían si sobreviviría. Taelur firmó documentos en los que otorgaba poderes a su madre.

Salió adelante rezando mucho y con el deseo de no dejar a sus hijos sin madre.

Como no se permitía la entrada de niños en la UCI, Taelur se las arreglaba con llamadas de Facetime, fotografías y charlas por teléfono. Se preguntaba si su recién nacido se acordaría de ella. Finalmente, el médico autorizó la visita de sus hijos.

“Realmente siento que en mi corazón, una vez que pude fijar mis ojos en ellos físicamente y verlos y abrazarlos y de verdad sostener a mi bebé por primera vez, sentí que eso me dio mucha fuerza interior”, contó Taelur. “Me dije, ‘Tengo que salir de aquí. Estoy lista para volver a casa’”.

Cuando abandonó el hospital en marzo del 2022, Taelur tenía que utilizar un chaleco desfibrilador que controlaba su corazón y, en caso necesario, le aplicaba una descarga para normalizar el ritmo. Ya no lo necesita.

Taelur, que ahora tiene 31 años, toma varios medicamentos para fortalecer su corazón, el cual funciona en un rango casi normal. Ya no se queda sin aliento tras un minuto en la cinta de correr y puede aguantar media hora. Se siente agradecida por poder hacer pequeñas cosas, como correr detrás de su hijo de 2 años, limpiar la casa o hacer las compras ella sola.

Antes de su ataque cardíaco, Taelur nunca había oído hablar de la DCE. Lo buscó en Google cuando estaba en el hospital. Se comunicó con otros sobrevivientes de DCE en un grupo de Facebook. Se preguntaba qué había hecho mal. Ahora comprende que, aunque la DCE es espontánea, el embarazo también puede causar una sobrecarga en el corazón.

Además, aprendió que las enfermedades cardíacas son la principal causa de muerte de las madres primerizas. Y las mujeres de raza negra tienen más probabilidades de presentar problemas cardiovasculares relacionados con el embarazo que las demás mujeres.

“Después de lo que me pasó, investigué mucho y descubrí que la tasa de mortalidad de las mujeres de raza negra es alta”, explicó Taelur. “En este momento, Estados Unidos atraviesa una auténtica crisis de salud materna”.

Su consejo a otras mujeres embarazadas es que aboguen por sí mismas y hagan muchas preguntas.

“Si no te sientes cómoda con algo, no te quedes callada. Incluso pide una segunda opinión si lo crees necesario”, dijo. “No aceptes un ‘no’ como respuesta”.

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