La terapia de fertilidad y el riesgo de cardiopatías
Las mujeres que dieron a luz tras someterse a una terapia de fertilidad presentaron aproximadamente la mitad del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares (ECV) o de morir en la siguiente década, en comparación con las mujeres que dieron a luz sin esta terapia, informan los investigadores.
Los hallazgos provienen del GRAVID (General Reproductive Assistance and Vascular Illness Study, estudio general de asistencia reproductiva y enfermedades vasculares), el primer gran estudio poblacional que evalúa el riesgo a largo plazo de ECV después de una terapia de fertilidad.
El estudio también confirma que la terapia de fertilidad aumentó las probabilidades de sufrir complicaciones en el embarazo a corto plazo, como el síndrome metabólico durante el embarazo (diabetes gestacional e hipertensión).
“Nuestra intención era examinar si había un mayor riesgo de daños debido a los resultados cardiovasculares. . . muerte, ataque cardíaco, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca y coágulos. . . y lo que encontramos fue todo lo contrario”, dice el autor principal, el Dr. Jacob Udell (University of Toronto [Universidad de Toronto], Ontario) en Heartwire.org “De hecho, hubo un menor riesgo de estos resultados en las pacientes que recibieron terapia de fertilidad en comparación con las mujeres que tuvieron un embarazo exitoso [sin esta terapia]”, lo que sugiere que los episodios cardiovasculares a largo plazo “tal vez no sean un problema tan grande” como cabría haber esperado, agrega.
“No obstante, es una señal de riesgo a corto plazo”, advierte. Las mujeres que busquen tratamiento de fertilidad o tengan previsto quedar embarazadas a una edad avanzada deben saber que tienen un mayor riesgo de complicaciones durante el embarazo. Los médicos deben aconsejar a las mujeres que “se aseguren de que su presión arterial esté bajo control y, obviamente, que deben dejar de fumar. . . Permanecer en el [sistema de salud y]. . . controlar estos factores de riesgo [cardiovasculares] con la mayor antelación posible”.
El estudio se publicó en la revista Journal of the American College of Cardiology.
Riesgo conocido a corto plazo
La terapia de fertilidad se administra para estimular el estrógeno endógeno y regular o inducir la ovulación; se puede utilizar sola o combinada con inseminación intrauterina o fecundación in vitro, explica Udell.
Actualmente, aproximadamente el 1% de todos los bebés nacidos en Norteamérica han sido concebidos con la ayuda de medicamentos que estimulan la ovulación, según los investigadores.
La mayor parte del enfoque clínico se ha centrado en lograr un embarazo exitoso, pero se sabe que la terapia de fertilidad aumenta el riesgo de padecer diabetes gestacional e hipertensión, y puede causar disfunción endotelial en mujeres con hiperestimulación ovárica. Esto puede aumentar el riesgo de estas mujeres de padecer futuras ECV, pero esto no ha sido bien estudiado.
Es cada vez más importante tener en cuenta las posibles ECV, a medida que aumenta el número de terapias de fertilidad y mujeres de más edad, con una mayor probabilidad de cardiopatías de base, quedan embarazadas.
Los investigadores analizaron datos de una cohorte de todas las mujeres que dieron a luz en Ontario entre el 1 de julio de 1993 y el 31 de marzo del 2010. De 1 186 753 mujeres que dieron a luz durante dicho período, 6979 (6%) habían recibido terapia de fertilidad en los dos años anteriores.
El principal hallazgo fue la combinación de muerte u hospitalización debido a un episodio cardiovascular adverso importante (isquemia coronaria no mortal, derrame cerebral, derrame cerebral isquémico transitorio, tromboembolia o insuficiencia cardíaca).
Durante el intervalo del estudio de 17 años, el uso de la terapia de fertilidad se quintuplicó (de una de cada 400 mujeres a una de cada 80), principalmente en mujeres de más edad.
Resultados “tranquilizadores” a largo plazo
Después de un seguimiento medio de 9,7 años, las mujeres que dieron a luz después de la terapia de fertilidad tuvieron menos muertes o episodios cardiovasculares que las mujeres que no habían recibido esta terapia (103 frente a 117 episodios por 100 000 personas al año). El índice de riesgo fue de 0,55 (IC del 95%: de 0,41 a 0,74), después de ajustar la edad, los factores demográficos, la historia clínica y los factores relacionados con el embarazo. Este menor riesgo se observó en todos los grupos de edad e ingresos.
Las mujeres que recibieron terapia de fertilidad no fueron más propensas a desarrollar hipertensión, diabetes o hiperlipidemia durante el seguimiento, ni tuvieron un riesgo significativamente mayor de cáncer de mama u ovario. También experimentaron menos episodios relacionados con la salud mental, incluido un tercio de la tasa de depresión posterior.
Estos hallazgos sugieren que “se puede tratar de un grupo que lleva un estilo de vida muy saludable, especialmente después de haber pasado por lo que tienen que pasar para lograr un embarazo exitoso”, especula Udell.
Sin embargo, las mujeres que habían recibido terapia de fertilidad tenían un mayor riesgo de complicaciones en el embarazo, incluidos un 29% más de riesgo de diabetes gestacional, un 16% más de riesgo de complicaciones graves de la placenta y un 10% más de riesgo de preeclampsia.
A pesar de que “los hallazgos actuales proporcionan cierta seguridad de que la terapia de fertilidad no parece aumentar el riesgo a largo plazo de episodios cardiovasculares después de un embarazo exitoso”, es necesario llevar a cabo más investigaciones para “ayudar a que la toma de decisiones sea un proceso informado sobre tecnología reproductiva e incentivar la reducción del riesgo cardiovascular”, resumen los autores.