Con cualquier otro nombre, sigue siendo edulcorante
Últimamente, el sirope de maíz con un alto contenido de fructosa ha recibido mucha atención de los críticos que advierten que este alimento está omnipresente en nuestras dietas.
De hecho, la producción y el uso de sirope de maíz con un alto contenido de fructosa han aumentado durante las tres últimas décadas, ya que ha sustituido el azúcar, que es más caro, en la producción de alimentos. Las refinerías de alimentos lo fabrican convirtiendo el almidón de maíz en un sirope azucarado. A continuación, ese sirope se añade a otros siropes y a refrescos, dulces, cereales, pan, productos lácteos y algunos alimentos procesados.
Ese nivel de procesamiento puede preocupar a algunos, pero los expertos en nutrición sugieren que el reciente énfasis en el sirope de maíz con un alto contenido de fructosa puede estar fuera de lugar. En lugar de eso, deberíamos considerar nuestra ingesta general de azúcar en nuestra dieta.
“Lo que importa es que la mayoría de los estadounidenses consumen más azúcares de los que recomendamos”, afirmó la Dra. Rachel Johnson, profesora de Nutrición en Bickford (jubilada) en la University of Vermont en Burlington y voluntaria de la American Heart Association.
Demasiados dulces y punto
La American Heart Association recomienda limitar la ingesta de azúcares añadidos a 6 cucharaditas para mujeres y 9 cucharaditas para hombres. Como referencia, una lata de refresco de 355 ml contiene aproximadamente 8 cucharaditas de azúcar añadido de unas 130 calorías. La mayoría de las mujeres estadounidenses deben comer o beber como máximo 100 calorías al día de azúcares añadidos, y la mayoría de los hombres estadounidenses deben comer o beber como máximo 150 calorías al día de azúcares añadidos. Los estadounidenses consumen aproximadamente 17 cucharaditas de azúcar cada día. Es más del doble de la cantidad diaria recomendada para mujeres y casi el doble para hombres.
Sin embargo, el sirope de maíz con un alto contenido de fructosa no es el único tipo de azúcar que contribuye al consumo excesivo. Se supone que algunos azúcares son más saludables que otros, pero los azúcares añadidos como el néctar de agave, la miel, el sirope de arce o el azúcar de coco o dátiles tienen un efecto similar en el cuerpo que otros azúcares añadidos.
“Todo lo que contenga la palabra sirope o termine en –osa, como la maltosa o la glucosa, son azúcares”, afirmó la Dra. Johnson.
La American Heart Association no distingue entre fuentes de azúcares añadidos, sino que se centra en el consumo general y en cómo afecta la salud cardíaca y otras afecciones como la diabetes.
“El azúcar no causa la diabetes”, afirmó la Dra. Johnson. “El consumo excesivo de alimentos conlleva al sobrepeso y a la obesidad, que son factores de riesgo de la diabetes”.
Seguimiento de azúcares añadidos
Realizar un seguimiento del consumo de azúcares añadidos puede ser complicado, ya que los alimentos envasados no indican la cantidad de cucharaditas de azúcar que contiene el producto, y algunos de nosotros los ingerimos añadiendo cucharadas a nuestros alimentos o bebidas. Para descifrar las etiquetas de información nutricional tendrá que hacer cuentas.
Estos son los números más importantes que debe recordar: Cada gramo de azúcar contiene 4 calorías y 4 gramos son una cucharadita. Por lo tanto, si la etiqueta indica que contiene 20 gramos de azúcar, significa que son 5 cucharaditas o unas 80 calorías de azúcar.
Lea atentamente las etiquetas de todas las fuentes de azúcar en los alimentos procesados y compruebe el número de gramos de azúcares añadidos en las etiquetas de información nutricional. Algunos productos utilizan la etiqueta de información nutricional actualizada, que proporciona información sobre los azúcares añadidos. Si el producto tiene una etiqueta actualizada, puede encontrar los azúcares añadidos en la sección de azúcares totales.
No se deje engañar por el sirope de caña o de arroz integral que se encuentra en muchos productos que se comercializan como alimentos “naturales”, como la granola o los cereales, afirmó la Dra. Johnson. También cuentan como azúcares añadidos.
No todo el azúcar es azúcar añadido. Por ejemplo, los azúcares que se encuentran en la fruta o leche entera se producen de forma natural. Además, puede evitar fácilmente el azúcar añadido en frutas enlatadas eligiendo las que se envasan en sus propios jugos en lugar de sirope.
Si desea satisfacer su paladar goloso, hay muchas alternativas deliciosas al azúcar. Por ejemplo, siempre puede añadir especias como canela o nuez moscada a la comida. La fruta fresca o seca es un excelente ingrediente para cereales y avena. También puede sustituir los azúcares añadidos con un edulcorante no nutritivo. Hay muchas formas de combinar dulces: solo hay que hacerlo con ingenio.